jueves, 11 de diciembre de 2008

Quinto día: A Kamakura nos vamos

TOKIO 東京- KAMAKURA 鎌倉- TORO 土呂
Lunes 12/05/08

Diana a las 06:30 y rumbo al Starbucks a desayunar. Os preguntaréis que estando en Japón siempre vayamos a desayunar aquí. La explicación es sencilla, el café (es lo más parecido al español). En todos los sitios lo hacen estilo americano, o sea, café aguado (Raquel no tiene problemas con esto ya que toma té). Encima, los sobrecitos de azúcar (de estos que tienen forma de tubito alargado) tienen la mitad de cantidad que en España, por lo que para que sepa un poco dulce tienes que echar una buena cantidad. Al parecer, el sabor dulce no triunfa en Japón. Para los amantes del café, en las vending machines (tienes todo tipo de bebidas, calientes y frias) hay unas botellas de "Cafe Latte
" bastante aceptables, por 100-120 ¥.


Como todos los días, directos a Hamamatsucho Station 浜松町駅, para pillar la JR Yamanote Line. Nos dirigimos a la JR Sinagawa Station 品川駅 donde tomamos la línea JR Yokosuka Line 横須賀線 para ir a Kamakura 鎌倉.




Dos formas de representar "yen" en las máquinas.



El trayecto sin incidencia, sólo mencionar que en todo el trayecto estuvimos viendo casas y mas casas por todos lados, al igual que el día de Nikko 日光 ¿es que no hay campo en Japón?. Llegados, tras media hora, a Kamakura 鎌倉 (plano), dentro la JR Kamakura Station 鎌倉駅 nos cambiamos de compañía, en este caso a la Enoden 江ノ島電鉄 (que es privada y no la cubre el JR Pass), que nos lleva a Hase Kamakura 長谷, por lo que nos toca abonar 380 ¥. La Enoshima Line es de via única y más que un tren parece un tranvía .





Tras 15 minutos llegamos a Hase Kamakura 長谷, donde recién bajados del tren Raquel ve la mesa con el cuño así que.......ahí va, primer intento resulta fallido. A la segunda hay mejor suerte.





Por la calle principal, llena de tiendas de ropa al estilo que le mola mucho a Ra y de souvenirs que me molan a mi, vamos a la búsqueda del Gran Buda 鎌倉の大仏, pero no aguantamos más y hacemos pausa en el recorrido para entrar a realizar nuestras compras.




Antes de entregarte el producto, te lo sacan de la caja y te lo enseñan por todos los angulos habidos y por haber para que verifiquemos que esta correcto. Después de dar el OK, te lo vuelven a meter en la caja con sumo cuidado.



Para pagar, tienen una bandejita en el mostrador donde dejas el dinero y ellos lo cogen de ahí (los japoneses no son muy amantes del contacto físico). Antes de devolverte el cambio, te lo cuentan delante tuyo para que veas que es correcto el cambio (te abren el fajo de billetes en abanico). Entonces te lo dejan de nuevo en la bandeja, con los billetes abajo y las monedas encima. Este procedimiento es el que usa para cualquier tipo de pago en un comercio.


En cuanto al dinero, o sea, yenes, los japoneses son amantes del efectivo (es un país muy seguro) por lo es aconsejable llevar un buen surtido encima (repartidos entre ambos, por si acaso). Al contrario que en España, no son muy abundantes los cajeros, y pocos aceptan tarjetas extranjeras. Si necesitáis sacar dinero sin problemas id a los cajeros (ATM) en las oficinas de correos o en los ATM´s de los 7-Eleven. Información de interés en este link.




Ya en el templo Kōtoku-in 高徳院 donde se ubica el famoso Buda de Kamakura 鎌倉の大仏 (no está a más de 10 minutos de la estación) Ra realiza el ritual de purificación con el agua en la fuente (que más tarde nos enteramos que difiere en el rito budista). Tras abonar la entrada, llegamos al explanada donde se encuentra la estatua de bronce de 11 metros de altura (es el segundo más grande del país). Al ser temprano, no hay demasiada gente por lo que podemos disfrutarlo sin agobios.


El Buda 鎌倉の大仏 esta hueco por dentro, y se puede visitar tras dejar 20 ¥ en una bandejita sin nadie que lo controle el pago, pero todo el mundo suelta la moneda antes de acceder.




De nuevo en marcha, directos al templo budista Hase-DeraKaikōzan Jishōin Hase-dera 海光山慈照院長谷寺) -entrada 300 ¥- que esta a medio camino de la estación desviándonos, justo en el semáforo, por una calle a la derecha .




Estos bollos tienen la misma pinta que los que vimos ayer en Ueno 上野. A ver si averiguamos que son.


En cualquier sitio, por pequeño que sea, los japoneses pueden meter una fuente, un jardin,incluso un estanque. Aquí un ejemplo.



En la siguiente foto podéis ver una fuente Shishi odoshi 鹿威し. Según el blog de Kirai también estan las de tipo Suikinkutsu 水琴窟, bastante escasas y difíciles de encontrar.



Los jardines son impresionantes aunque Ra se fija mas en los peces que, según ella, se la quieren comer. Es gracioso ver como los peces te siguen todo el rato por el borde del estanque (se ve que ya estan acostumbrados a que los turistas les den de comer).



Iniciamos la subida por un tramo escaleras hacia lo que es propiamente el templo, pero a medio camino Raquel se detiene, como no, a realizar el ceremonial de la vela en un recoveco lleno de figuritas de buda de piedra: es el Jizo-do Hall. Según he leído en Internet, Jizo es el guardián de las almas de los niños fallecidos y donde las madres que han perdido a sus hijos hacen las ofrendas.



Es una esvástica, pero es la representación de templo (budista).


Llegamos al final al templo donde hay un mirador desde se ve toda la bahía de Sagami 相模湾, con carteles avisando de que los cuervos atacan y un gato sobando encima de la mesa mientras le rasca todo cristo. Aprovecho un despiste de Ra para comprar la pulsera que no se decide a pillar.





Vista de la bahía de Sagami 相模湾.

Son las 11:00 y toca almuerzo, entramos en el bar con mirador que hay en el templo, tienen las cosas apuntadas en ingles así que sin problema; vamos a la maquina, pulsamos el numero de lo que queremos y con el ticket para la mesa. El lugar tiene unas vistas fantásticas.



Hay varios tipos de té verde japonés, pero el más habitual es en formato polvo, llamado matcha 抹茶, utilizado en la ceremonia del té y para la elaboración de helados, postres.... (aquí, incluso hay helado de té verde, sundae, en el McDonald´s).


Bajamos de nuevo las escaleras y antes de salir del recinto recorremos la cueva Benten-kutsu, llena de budas tallados en la piedra, aunque a mi casi me toca casi ir a cuatro patas.


Como a Raquel le encanta el mar rompemos con el planing y continuamos hacia la playa de Yuigahama 由比ヶ浜海岸 (video), pasada la estación pero muy cercana. Para ello atravesamos un paso a nivel, donde Ra me dice que es la primera vez que cruza uno (y yo sin hacer foto del momento histórico).

Una vez en la playa Raquel no puede resistirse a acercarse a tocar el agua y por ello casi se moja. Por cierto, en este vídeo podéis ver a nuestros amigos los cuervos también disfrutando en la playa.



Aprovechando la coyuntura, me enciendo un malborito (320 ¥ en máquina) como se ve en la imagen. Para los fumadores es recomendable llevar un cenicero de bolsillo (muy habitual el Japón). Yo lo encontré en una tienda de Natura del Centro Comercial La Vaguada (Madrid).


Por cierto, un inciso, asi son los cartelitos que indican las zonas de fumadores.




Tras el paseito playero recuperamos la ruta y volvemos a la estación, donde nos encontramos con una pareja de españoles pero esta vez no decimos nada y evitamos la charla (no sea que me enrrolle demasiado). Aprovecho para comprar un zumo de plátano bastante bueno en la habitual vending machine de turno.





De nuevo en Kamakura, tras pagar los 380 ¥ del Enoden 江ノ島電鉄, la siguiente meta es el santuario de Tsurugaoka-Hachimangu 鶴岡八幡宮. Para ello debemos andar un buen trecho por la avenida Wakamiya Ōji 若宮大路 hasta cruzar el Torii y el puente que da acceso al complejo del santuario.


Una gran explanada llena de puestecitos, donde nos llama la atención unas uvas caramelizadas que venden.



Antes de subir por la escalinata, Raquel es "atacada" por una bandada de palomas (al estilo de las de la Plaza de Catalunya en Barcelona) y una se le queda enganchada a la mochila, la cual me toca quitarle de encima, medio partido de risa.


El santuario es muy bonito pero después de lo que hemos visto en el anterior, sobretodo los jardines (aquí no los hemos visto o no los encontramos), nos deja un poco "frios". Tiene un museo al que se puede acceder, previo pago.

En el descenso, me uno al grupo que intenta hacer una foto a una ardilla que se encuentra en un de los árboles que bordean la escalinata. Parecemos niños pequeños pero.....ahí tenéis la instantánea.



Casi la hora de comer, por lo que nos paramos en uno de los puestos que hemos visto al entrar y a 100 ¥ la unidad nos comemos unos cuantos pinchitos de pollo yakitori 焼き鳥 (receta), por cierto, buenísimos.




Abreviando, ya que quiero ir a Omiya 大宮, al norte, para ver los bonsái 盆栽, retomamos la avenida Wakamiya Ōji 若宮大路 pero esta vez por el lateral, cotilleando los escaparates, cuyo principal protagonista es este gato (que Raquel odia y no me deja comprar). Se llama Maneki Neko 招き猫 o gato de la fortuna.


La anécdota graciosa del dia nos la regala un niño japonés de alrededor de tres años, que no solo choca con la pierna de Ra sino que se queda literalmente enganchado a ella, durante unos cuantos segundos totalmente pasmado (yo creo que estaba pensando que madre más rara tiene), sin poder quitarle el ojo de encima y alucinando en colores (lástima de foto). La pobre madre del niño no deja de pedir disculpas medio colorada mientras nosotros no podemos aguantar la risa.



Nos pillamos el primer tren (aquí cada 5 minutos tienes uno, una gozada) hacia Tokio Station 東京駅 para, a continuación, coger un tren bala hacia la Ōmiya Station 大宮駅 (plano). Aquí voy perdido por primera vez, sin información, sin mapa ni nada por lo que me pongo nervioso. Ra, más fría, toma el mando y se dirige al tío de la estación para preguntar por la Ōmiya Bonsai Village 大宮盆栽村. Hay suerte y nos dice que debemos ir a Toro 土呂 (si, si, así se llama) que es una parada más por la JR Utsunomiya Line 宇都宮線 (una línea local). Nada, que aprovechamos y compramos unas de esas cajitas de comida por 300 ¥ (hay entre 200 y 800 ¥ en función del contenido) en el kiosco de la estación. En Japón las comidas principales son el desayuno y la cena. Para la comida es muy habitual comer ligero, por lo que suelen llevar un especie de cajitas con alimentos variados (plato combinado) que comen en el tren, bus o donde puedan. Se denominan Bentō 弁当 u obentō お弁当.


Una vez llegados a la JR Toro station 土呂駅 (vista satélite, moveos por ella y veréis la zona), el hambre nos puede y damos cuenta de la caja de comida: cuatro rollos de arroz (2 de atún y dos de, creemos, jamón) pero lo mejor son los dos rollitos dulces rellenos de arroz.



Con el estómago lleno y tras investigar en las dos hojas que Joan sacó de internet la noche anterior, en un plano localizamos lo que creemos es la calle Bonsai-cho y nos ponemos en marcha. No hay nada escrito en romance, todo en japonés. Joan pregunta a un señor por la Sakura-Dori (perpendicular a la Bonsai-cho) y se saca un mapa, en japonés, claro. No era del lugar pero el tío va y le pregunta a una ciclista que pasa por nuestro lado. Al parecer íbamos bien, aun no estábamos perdidos. Cruzamos la vía del tren por un paso a nivel (la 3ª vez en el día y en mi vida) evidenciando que nos habíamos equivocado de salida en la estación. Seguimos andando recto; somos los únicos occidentales de la zona, se nota mucho.



Ya casi derrotados pensando que jamás lo encontraríamos Joan le pregunta a un señor y... TOMA YA, da la casualidad de que el hombre tiene confeccionado un cartel en inglés explicándolo todo. Hemos encontrado la Omiya Bonsai Village 大宮盆栽村. Vista satélite de la zona y otra web.



Encontramos el primer jardín de bonsái 盆栽, el Fuyo-en 芙蓉園, donde un hombre mayor muy amable con la paciencia infinita que da el cuidado del bonsái 盆栽 de por vida, nos atiende como puede, nos da un mapa (en japonés) y nos deja hacer fotos con total libertad. Disfrutad de las fotos.

No nos vamos a perder, estos carteles de madera te orientan sin problemas.




Pasamos después a la The House of the Four Seasons, un nombre precioso para una casa corriente y moliente que encima ni tenia bonsáis ni four seasons ni nada. La verdad que a mi me gusta, es una casa típica japonesa que se usa para la ceremonia del té y demostraciones de danza típica japonesa.



Eso si conseguimos que un hombre medio nos achuchara a su pequines porque Joan empieza a hacerle moñerias con lo que el perro se pone como loco y yo pensando que todavía nos mete un bocado ya que el animal no hace más que tirar hacia nosotros y no tengo muy claro si el señor se lo impide o le anima. Al final, Joan se pone a hablar con el señor, para variar, y a rascar al perro.


Llegamos a otro jardín, el Mansei-en, la casa del hace poco desaparecido maestro Saburo Kato (en castellano), que se encuentra en la otra punta (ya sabéis que vamos justitos de tiempo y hay mucho que ver). Es muy chulo pero no podemos hacer fotos. Aquí aprendemos que en Japón, cuando cruzan los brazos formando una X quiere decir "prohibido". Una lástima, pero antes logramos hacer unas cuantas.




Por cierto, esta es la salida que deberíamos haber usado.



Vuelta al hotel y vuelta al McDonald´s, no sin antes recoger del suelo a Joan que por hacer el cabra al salir del hotel le da por bajar por la rampa rodando ante un estupefacto hombre de negocios japonés que no sabe si quedarse a socorrernos o salir pitando en dirección contraria.
Bueno, de nuevo en la habitación toca hacer las maletas ya que mañana las debemos dejar en recepción para que nos las manden a Kyoto 京都. Se acaba nuestra estancia en la capital. La verdad, esta era la parte del viaje que más "respeto" me daba por todo lo que había leído (ya sabéis, gran metropoli con todo lo que conlleva...que en el fondo soy de pueblo). Como véis, al final no ha sido para tanto.....


Enlaces de interés
Kamakura
Videos Kamakura en Youtube: 1 2
Hakone y Kamakura Walks (PDF)
Saitama (Omiya-Toro)
Bonsai
Cocina

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