jueves, 11 de diciembre de 2008

Undécimo día: Colorin colorado...

DE KYOTO 京都 A MADRID マドリッド
Domingo 18/05/08



Nos levantamos pensando en que pasará con los billetes (nos dejamos en Madrid el papelito con las reservas). Toca recogida y última inspección antes de abandonar el hotel. Cogemos un taxi, pero aunque sólo son dos manzanas, el hombre no se extraña (debe de ser algo habitual). Así que un suspiro estamos en la estación de Kyoto 京都駅.


Como ya nos fijamos el día de Himeji 姫路 en que el andén es el 30, para ir hacia el Kansai International Airport 関西国際空港, o sea, el tren Haruka Limited Express 関空特急はるか de JR West, no tenemos ninguna incidencia. Al salir el tren a las 08:16, me acerco al kiosco a por el desayuno de campaña.




Me pongo detrás de dos chicas extanjeras, como nosotros, que estan pidiendo. Una de ellas pide un café y la mujer se lo saca de otra nevera....caliente. Al parecer, una nevera es de frio y la otra, es para tener las bebidas calientes (y eso en un kiosko). Pues nada, café latte y tecito calientes para los niños, además de una especie de bocaditos de manzana. Es el último día pero aún se descubren cosas.



Después del desayuno, intentamos pasar el tiempo, yo haciendo fotos por ahí. En el trayecto, pues lo de siempre, Ra durmiendo, y yo mirando por la ventana. Atravesamos Osaka 大阪 (PDF) y en la última parte del trayecto, un enorme puente (con vias de tren y autovía) que nos conduce hasta la isla artificial donde se ubica el aeropuerto.

Ya en la estación de tren del Kansai International Airport (KIX) 関西国際空港, la locomotora serie 281 parada en el andén.

La terminal, tiene un aire a la T4 de Barajas. Subimos al 4º piso, donde están las salidas internacionales. Tras la oportuna cola y enseñar los pasaportes, facturamos sin problemas, menos mal. Pasamos el control y, de repente, el tio de seguridad nos coge la mochila y la vuelve a pasar otra vez. Con la mosca en la oreja, nos quedamos pasmados mirando. El hombre, muy educadamente, nos pide abrirla. Saca el paquetito que lleva la espada samurai a escala para Raul........que fallo!!!!!!!. Evidentemente, no lo podemos llevar en el equipaje de mano. Nos da la opción de buscar nuestra maleta, meterla dentro y volver a facturar pero para ello hay que ir de nuevo al mostrador de facturación, con todo el jaleo que implica. Muy a mi pesar, la dejamos ahí.

Para pasar el disgusto, me meto en una sala de fumadores, mientras Ra busca la puerta de embarque. La curiosidad es que en la cabina de fumadores hay una cuerda de la que cuelga......un mechero (tipo Bic).

Localiza la puerta, pero nos tenemos que subir a un tren para ir hacia ella (tipo Barajas con la T4bis). Llegados a destino, hago un gran descubrimiento: la mejor sala de fumadores que he visto en mi vida. Decorada en azul (la patrocina Mild Seven -el tabaco que llevaba Fernando Alonso en el Renault-), con mesas y asientos estilo años 60, pantallas de LCD con imagenes relajantes,.....(lástima no haber hecho la foto, la Nikon esta ya guardada). Nada, que obligo a Ra a verla. La próxima vez, me acordaré de llevar una cámara compacta al viaje.

El embarque es genial como lo organizan. Usan dos puertas, en vez de la única habitual, para subir a bordo (un Air France) con una hora de antelación a la salida del vuelo. La cosa va fluida, y eso es de agradecer. Ya a bordo, otra vez para la cola (un Boeing 777-300), lo que tiene la clase turista, mientras vamos viendo en el trayecto los "peazo" asientos de las clases superiores.

De nuevo nos toca el lateral izquierdo del avión, a Ra la butaca central y a mi el pasillo (bueno, mejor dicho, me lo cede). Asi que con calzador para adentro y a mentalizarse para doce horas y media de vuelo. La mala suerte viene en forma de chica de dos metros sentada delante mio que mete unos meneos al asiento que me destroza las rodillas. Menudo viajecito me espera.

Esta vez dormir es complicado, ya que todo el viaje es con luz de día....horrible. Yo me trago tres películas en mejicano mientras Ra intenta breves cabezaditas. Para colmo, se le estropea la pantalla multifuncion a dos horas de la llegada (adiós tetris...). La única nota destacable es ver a Raquel abalanzarse sobre el pan en la comida. Es ahí donde caemos que no hemos visto nada de pan durante nuestra estancia en Japón 日本.

Alrededor de las 17:15 llegamos al Charles de Gaulle (CDG), en París. El aeropuerto esta atestado de gente (y bastante sucio). Nuestra zona de embarque, llena de españoles venidos de China, Japón,.... o de una estancia de fin de semana en la capital francesa. Nosotros estamos deseando llegar a Madrid (salida prevista a las 20:10) pero la primera en la frente, retraso de una hora en nuestro vuelo.

Llega, al fin, la hora de embarque. Como es habitual, nos esperamos a que se monte todo el mundo, por cierto, transcurre muy lento. Después de pasar un servidor, de repente, la azafata corta el embarque, justo cuando le toca a Raquel. Sólo quedan unas 15 personas para subir, pero lo paran para dejar desembarcar un vuelo que acaba de aterrizar. Es increíble y el cabreo, unido al cansancio, pues.... Me quedo parado justo en la puerta del avión, esperando a Raquel, con una pierna fuera del avión y la otra en el finger. Las azafatas se me quedan mirando y me indican que pase pero creo que la mirada que las dirijo es lo bastante clara y me dejan tranquilo con mi cabreo.

Pasados unos minutos, por fin llega Raquel, aun más cabreada que yo. Nos animamos pensando que sólo quedan dos horas hasta Madrid. Como vamos llenos con las dos comidas y resto de picoteos del anterior vuelo, nos quedamos, aleluya, dormidos. Pero ahí no termina el suplicio, ya que al terminar la cena, a medio vuelo, el sujeto que tenemos delante, no tiene otra idea que tumbar todo el respaldo del asiento hacia atras, machacándome las rodillas (o sea, me despierta). Increíblemente, siendo yo, le pego un toque de atención educadamente pero el elemento resulta ser un impresentable. Tras un breve intercambio, desiste y entra en razón, por lo que se vuelve a colocar bien. Raquel ya se teme una bronca pero la sangre no llega al rio.

Son las 23 horas pasadas cuando aterrizamos en Barajas, en la T2 para ser exactos. Nuestra maleta otra vez es de las últimas, no vemos la hora de llegar a casa. Nada, al taxi y a casita. El viaje de vuelta ha sido, sobretodo en su última parte, un auténtico suplicio.

Colorin, colorado,.....nuestro viaje se ha acabado.

Esperamos que os haya sido de utilidad.

Raquel y Joan

P.D. el famoso Jet Lag cuando aparece es en el regreso, tenedlo en cuenta.

Enlaces de interés.

Osaka

Japan Guide Osaka ; El viajero (El país)

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